sábado, 7 de julio de 2012

De subtes, trenes e hijos de puta

Lamentablemente, el subte me queda comodísimo. Me lo tomo a dos cuadras de casa y me deja a una del trabajo. Y me parece lamentable, porque a decir verdad, odio el subte.

El medio de transporte no tiene nada de malo en sí, es más bien la gente que lo utiliza lo que me saca de quicio. Nada como meter muchas personas en un subte en hora pico como para descubrir la verdadera esencia humana.

Bueno, tampoco suma que cada vez que salgo de la boca del centro no pueda evitar sentirme un extra de Tiempos modernos, un film en el que Chaplin hace una analogía entre la gente saliendo del subte, y un rebaño de ovejas.

Pero lo que más me molesta es la actitud de los viajeros. Pocas cosas me ponen de tan mal humor como ver cómo la gente se mata por conseguir un asiento. Todos se empujan, preopotean, pisan y corren adentro del subte como si fueran chicos jugando al juego de la silla. Sólo que son grandes. Y con un 90% de probabilidades, oficinistas que tuvieron el culo apoyado en una silla todo el día. No me puedo sacar de la cabeza la imagen mental de un cuarentón que vi el otro día literalmente corriendo entre los asientos. Me pareció tan patético...

No sé por qué, pero esto no pasa en el tren. A la facultad viajé siempre en tren, y puedo asegurar que, al menos haciendo una comparación entre las líneas de subte y tren que habitualmente uso, la gente del subte es 10 veces más maleducada que la del tren. No sé si tendrá que ver con la falta de luz, el espacio de los vagones, o qué. Algún día voy a aplicar el método científico a esta temática, y redactar un paper que podría titular
"Incidencia del transporte público en la hijaeputés de los habitantes de la Ciudad de Bs.As." Por ahora  sólo me indigno, y comparto mi indignación.

También me molesta  la gente que, cuando efectivamente logra sentarse (hijosdeputamásveloces), automáticamente se pone su mp3 y cierra los ojos. No hablo del pobre tipo que se queda dormido con la boca abierta, tampoco soy taaaaan intolerante. Hablo del que abre su libro y no levanta la mirada en 17 estaciones, del que cierra los ojos y se hace el dormido, del que hace sudokus independientemente de si se sube una señora con bastón, una embarazada de 6 meses, un tipo con un bebé en brazos, o alguien con los dos brazos enyesados. Y no, no digo que esté mal leer un libro, hacer sudokus o dormirse. Pero flaco, si estás sentado, minimamente levantá la vista de vez en cuando para ver si hay alguien que necesita ese asiento más que vos.

Cada vez que me voy a subir al subte me niego a participar de este juego de la silla ridículo que se genera y simplemente entro caminando a un ritmo normal. Ni siquiera intento sentarme, enfilo para el fondo de los vagones e intento encontrar algún lugarcito donde apoyar mi espalda. Así puedo sacar un libro, sumergirme en él y olvidarme de los hijos- de- puta- velocirraptors- hambrientos- de- asientos.


Pero siempre hay algún infeliz que me hace un scrawn cuando estoy entrando a velocidad normal al vagón. (Sin pisar al de adelante, digamos). Y ahí es cuando lanzo alguna puteada colectiva poco poética. Por lo general refiriéndome a la incivilidad, por ejemplo. Depende de mi inspiración del día.

Así que si ven a una chiquita lanzar un correctivo multitudinario con cara de indignación, para después irse a un rincón y leer su librito sonriente, soy yo.

Saludenmen y les firmo el boleto.   (?)



3 comentarios:

  1. Considero que este post fue el disparador de 10 días de paro de subte...
    Como para demostrar que se puede viajar igualmente mal en cualquier otro medio de transporte.

    Welcome back.

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  2. Jajaj, me ha encantado este post, yo también lo sufro, pero a miles de kilómetros (en Madrid), digamos que la mierda sigue siendo mierda en cualquier punta del mundo. La mejor anécdota que me pasó a mi fue cuando esperando a que se acercara un viejecito para dejarle el sitio (antes de que llegara a donde estaba yo) una señora se me puso a chillar hablando de lo maleducada que era y de que no tenía vergüenza ¬¬'
    Ni siquiera los que lo intentamos hacer bien tenemos recompensa, qué asco de humanidad!

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  3. Ohhh Anne, lamento escuchar que a vos te pasa lo mismo en Madrid! Yo a los españoles los considero tanto más civilizados que nosotros los impresentables argentinos!
    ¡Qué se le va a hacer!
    Un saludo de una civilizada a otra.

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