jueves, 13 de octubre de 2011

Gracias extraño goloso

El lunes volví de un fin de semana largo en Mar del Plata a pura lluvia y frío de cagarse. Igual la pasé genial.
A la vuelta mi amiga me tiró en Puente Saavedra, total de ahí estoy a 10m de bondi de mi casa. Como estábamos paradas en doble fila en Cabildo procuré agarrar el bolso y la campera a toda velocidad y bajarme para que ella arranque. Y lo hice bastante bien y ella arrancó. La cagada fue que en medio de mi super efectividad no me percaté de agarrar también la cartera. Hice 20 metros y me avivé. Mi amiga se había ido.
Mi celular, llaves de casa, plata, tarjeta sube, carilinas, (es relevante, estaba muy resfriada), todo, arriba del auto. Y yo parada ahí como una pelotuda. ¡No tenía ni 20 centavos en los bolsillos!
Consideré caminar. No me iba a morir, pero era una fiaca. Como 20 cuadras con un bolso lleno de 57 cambios de ropa. Y bueno che, me fui tres días.
Resolví que no era lo más sensato y me dirigí a un kiosko que tenía teléfonos públicos. Me pregunto, ¿Todos los kioskos siguen teniendo teléfonos públicos o ya son una especie en extinción?. Bueno, ahí había dos.
Me acerco al kioskero, vergüenza. Disculpame, ¿Qué tengo que apretar para llamar por cobro revertido?. Numeral 19. En mi mente mientras intento hacer esto me estoy teletransportando a los 90. Deben haber pasado 10 años desde mi última llamada por cobrar.
Y mientras también reflexiono. Como me atiende una señora del servicio de llamadas internacionales (?) reflexiono sobre la diferencia entre el asterisco y el numeral. No señora, yo  simplemente quiero llamar a mi vieja que está acá a 20 cuadras.
Pará, me están cagando.
* Este es el asterisco
# Y éste es el numeral.
O sea, capaz aisladamente dudo el segundo. Pero del primero estoy convencida.
Medio como lo que me pasa con el tire y empuje. El tire me cuesta un toque, pero el empuje lo tengo clarísimo. Asique por default es el otro.
No me sale. El pibe me dijo otro número. La operadora me mandó a otro, que tampoco anduvo. Genial. Más verguenza. Disculpame, te puedo pedir que me prestes 20 centavos para llamar por teléfono. Acabo de volver de viaje y me bajé del auto de una amiga, y me dejé la cartera arriba y necesito que me vengan a buscar, y no tengo el celular, ni plata y por qué me estás dejando seguir con esta explicación vergonzoza y me seguís mirando con cara de encefalograma plano sin estirar el brazo con una moneda de 25 centavos!!
 ¡Hijo de puta!  ¿Por qué tu respuesta no está siendo automática?
Por suerte un señor goloso que se estaba comprando un mega chocolate se apiadó de mí. Tomá nena. Gracias señor, mil gracias. Y a vos kioskero garca, tenés suerte de que yo voy a llamar a mi vieja y me va a atender, y  me va a venir a buscar y toda la pelota. Pero en realidad te merecés ser el que sale en los noticieros como el que no le cedió una moneda a una pobre muchacha que se estaba escapando de los narcos. Y que por tu culpa la volvieron a agarrar. (?) .  Todo por 25 centavos. Que te los iba a devolver encima, wachiturro. Que te garue finito.
Por suerte mi vieja estaba en casa, me atendió y me pudo venir a buscar. La salvación, porque soy tan infeliz que no me sé ningún celular de memoria. Asique si no estaba ahí me volvía a pata.
Dos enseñanzas al respecto.
1. Intentar ser un poco menos pelotuda
2. Memorizarme el celular de mi vieja.

No hay comentarios:

Publicar un comentario